¿Sabes qué tipo de madre o padre eres?
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¿Sabías que existen diferentes estilos parentales que se ponen en marcha (muchas veces de forma inconsciente) desde el mismo momento del nacimiento de un bebé?
¿Sabías que cada uno de estos estilos de crianza o parentales, tienen diferentes consecuencias sobre el desarrollo de la personalidad de los niños?
El desarrollo de la personalidad es muy complejo, y, pese falsas creencias que siguen imperantes en nuestra sociedad, la genética juega un papel pequeño en esto. La única parte de la personalidad que puede achacarse a la genética es el temperamento que, aunque es importante, solo supone un 30 % del total. Todo lo demás es ambiental y educacional.
Cuando un bebé nace, crea un vínculo afectivo con sus principales figuras de apego, en primera instancia su madre, y en segunda instancia su padre. Este apego puede ser seguro o inseguro, y el tipo de apego que configura el bebé va a depender del estilo de crianza que sus padres ejerzan sobre él.
Si el bebé siente que puede confiar en sus padres, porque estos cubren sus necesidades básicas y esenciales, se configura un apego seguro. Sin embargo, si el bebé crece sintiendo que no puede confiar en sus padres, porque estos no cubren sus necesidades, se configura un apego inseguro.
El apego seguro es un factor protector para una correcta salud mental del bebé, del niño y del adulto, mientras que el apego inseguro es un factor de riesgo para un incorrecto desarrollo de la salud mental. Por eso es tan importante que los padres sean conscientes de qué tipo de estilo parental están ejerciendo con sus hijos desde que estos son muy pequeñitos.
Los estilos parentales son cuatro, y se clasifican en función de dos variables:
1) El nivel de empatía que los padres sienten hacia su hijo/a. Es decir, el hecho de que los padres sean capaces de entender cuáles son las necesidades esenciales de sus hijos en cada momento del desarrollo.
2) El nivel de disciplina que los padres imponen a su hijo/a. Es decir, la capacidad que tienen los padres de ponerle límites coherentes con el entorno a sus hijos, y de hacer esto de manera adecuada.
Y en base a esto, los diferentes estilos parentales son:
1. Autoritarios: 0% empatía, 100% disciplina.
Todos conocemos ejemplos de este tipo de padres. Son los clásicos del " aquí mando yo" y del "porque lo digo yo y punto". Suelen ser padres que creen que este tipo de crianza autoritaria va a ser muy beneficioso para sus hijos, sin ser conscientes de que lo único que van a conseguir es fomentar un apego inseguro.
Características: utilizan normas rígidas, educan a base de castigos, la comunicación es cerrada y unidireccional. No empatizan con las necesidades de sus hijos, ya que están más enfocados en su EGO y en no perder su autoridad.
Consecuencias en los niños: Los niños con este tipos de padres se sienten huérfanos emocionales, crecen sintiendo que nadie les comprende. No confían en sus padres. Suelen desarrollar baja autonomía personal, baja autoestima y autoconfianza. A la larga acaban manifestando escasas competencias sociales, suelen ser menos alegres y espontáneos y menos creativos.
¿Cómo se puede ser autoritario con un bebé?:
- Dejándolo llorar hasta que se calme solito, creyendo que si lo coges en brazos y lo consuelas lo vas a malcriar.
- No dándole el pecho a demanda (como se recomienda) sino marcando un horario.
- Forzándolo a dormir solito cuando no está preparado para ello.
- Obligándolo a comer alimentos que no le gustan y le producen rechazo en lugar de ofrecerle alternativas.
2. Permisivos: 100% empatía, 0% disciplina.
Los padres permisivos están de moda. Suelen ser hijos de padres autoritarios que afrontan el trauma polarizándose en el lado opuesto: la permisividad, siendo inconscientes de que están cometiendo un gran error. Pues este estilo parental también fomenta un apego inseguro.
Características: evitan la afirmación de restricciones, toleran todos los impulsos de los niños y acceden fácilmente a todos los caprichos. Son incapaces de poner límites.
Consecuencias en los niños: pobre autocontrol, escaso respeto de normas y personas, baja autoestima e inseguridad, inestabilidad emocional y bajos logros escolares. Cuando llega la adolescencia pueden convertirse en auténticos tiranos: hacer bullying, no acatar normas, etc.
¿Cómo se puede ser permisivo con un bebé?:
- No dejándolo llorar bajo ninguna circunstancia, por ejemplo, sacándolo de la sillita del coche con el coche en marcha, exponiéndolo al riesgo que ello supone sólo para que no llore ni un minuto. El hecho del que bebé tenga que ir en una sillita de seguridad en un coche en marcha, es un límite coherente con el entorno. Y lejos de causar ningún trauma, el bebé integrará a nivel inconsciente que hay momentos puntuales en los que hay que seguir ciertas normas, En este ejemplo lo más importante es su propia seguridad.
3. Negligentes o ausentes: 0% empatía, 0% disciplina.
Cuando pensamos en padres negligentes suele venirnos la imagen de personas con adicciones que maltratan físicamente a sus hijos, pero no siempre es así. Un padre que nunca está presente emocionalmente para sus hijos, esté presente físicamente o no, también sería un padre ausente o negligente. Lógicamente este estilo parental también configura un apego inseguro.
Características: no se implican afectivamente en los asuntos de los hijos, no invierten tiempo en su educación y no se responsabilizan. Son inmaduros emocionalmente
Consecuencias en los niños: escasa competencia social, bajo control de impulsos y agresividad, Escasa motivación y capacidad de esfuerzo. Son inmaduros emocionalmente, porque nadie les ha enseñado a regular sus emociones.
¿Cómo se puede ser negligente con un bebé?:
- No atendiendo a las necesidades fisiológicas y afectivas básicas del bebé.
- No cogiéndolo cuando llora, independientemente de las circunstancias.
- No proporcionándole los cuidados de higiene y alimentación necesarios.
4. Democráticos: 50% empatía, 50 % disciplina
Este estilo parental es el único que configura un apego seguro.
Características: son responsables y sensibles ante las necesidades del hijo/a, promueven el intercambio y la comunicación abierta y construyen un hogar con calor afectivo y clima democrático. Al mismo tiempo, son capaces de poner límites coherentes con el entorno a sus hijos, en cada circunstancia en las que deben ponerse.
Consecuencias en los niños: suelen ser alegres y espontáneos, con una elevada competencia social, un autoconcepto realista, responsables y fieles a los compromisos personales, altruistas y solidarios.
¿Cómo se puede ser democrático con un bebé?:
- Cogiendo al bebé en brazos y consolándolo siempre que sea posible, a excepción de momentos muy puntuales en los que no es posible (por ejemplo en un coche en marcha).
- Dándole lactancia materna a demanda.
- No forzándole a comer alimentos que no le gustan y ofrecerle alternativas que sí le resultan apetecibles.
- Explicándole que debe respetar las normas y a los demás exponiéndole las posibles consecuencias lógicas si no lo hace.
Y tú, ¿ya sabes qué tipo de madre o padre deseas ser?
Te dejo unas cuantas recomendaciones de libros que pueden ayudarte en la crianza de tus hijos:
Sandra Díaz Torres
Matrona
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